jueves, 14 de agosto de 2008

La masacre la escuela Santa Maria de Iquique

La matanza en la Escuela Santa María de Iquique fue una masacre en la que se asesinó a millares de obreros del salitre que estaban en huelga, alojados en una escuela. El presidente de la República de ese entonces, Pedro Montt, ordenó la matanza. Los obreros de las oficinas salitreras de Tarapacá paralizaron sus actividades en las faenas exigiendo mejoras en sus condiciones de vida y laborales. Entre sus peticiones estaba la eliminación del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanzas para los pesos y medidas para las pulperías, escuelas para los obreros, indemnización y desahucio, entre otras. A este movimiento se sumaron otras oficinas salitreras, entrando en huelga también casi todo el comercio e industria del norte del país. Los trabajadores caminaron marchando hasta la ciudad de Iquique, llegando el 16 de diciembre. Seis mil de los huelguistas acamparon en la Escuela Santa María. A medida que avanzaba la huelga, más y más pamperos se unían a ella, llegándose a estimar que para el 21 de diciembre eran entre 10.000 y 14.000. Reunidos en la Plaza Manuel Montt y la Escuela Santa María, exigían al gobierno que interviniera actuando de mediador con los patrones de las firmas salitreras extranjeras (ingleses) y solucionar sus demandas. El 21 de diciembre, el general Roberto Silva Renard, actuó sobre la escuela Santa María con soldados del regimiento O’Higgins y el apoyo de las ametralladoras del crucero Esmeralda. El 20 de diciembre de 1907 los dirigentes efectuaron una reunión con el intendente Carlos Eastman. Mientras la reunión se efectuaba en la oficina salitrera Buenaventura, un grupo de obreros trataron de abandonar el lugar y fueron acribillados en la línea férrea. 6 obreros murieron y los demás terminaron heridos. El 21 de diciembre de 1907 se efectuaron los funerales de los obreros, e inmediatamente después de concluir las ceremonias se les ordenó a todos los trabajadores que abandonaran las dependencias de la Escuela y sus alrededores y se trasladaran a las casuchas del Club Hípico. Los obreros se negaron, temiendo ser cañoneados por los barcos que apuntaban el camino. Pasaron varios días de negociaciones sin ningún resultado. Las autoridades declararon el Estado de Sitio y las libertades constitucionales fueron suspendidas. Al general Roberto Silva Renard junto al coronel Ledesma se les encomendó desalojar a los trabajadores en huelga. El jefe militar ordenó a los soldados disparar. Producto de esta acción murió un número indeterminado de obreros: Entre 195 y 3.600. Los sobrevivientes fueron llevados a sablazos hasta el local del Club Hípico, y desde allí a la pampa, donde se les impuso un régimen de terror. Quien dio la orden de disparar fue el ministro del Interior Rafael Sotomayor Baeza. De las víctimas fatales, muchos eran obreros peruanos y bolivianos.

Fuente: www.nuevaaurora.wordpress.com


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